Edición 1099 Tercera Semana de Diciembre 2024
La más tradicional de las fiestas religiosas católicas en México es sin lugar a dudas la de la Virgen Morena del Tepeyac. Millones de peregrinos a la basílica llegan por todos los medios incluso caminando. Pero también a las diferentes iglesias en todos los estados de la república. Es increíble ese fervor, lo que algunos que se sienten europeos han tratado de minimizar, se burlan de la devoción que por esa virgen, sienten millones del pueblo mexicano y en general de toda América Latina, pues en varios viajes se pudo constatar que mucha gente al sur de nuestra república tienen a la virgen de Guadalupe como una entidad muy milagrosa. Ese fervor que se materializa cada doce de diciembre en nuestro pueblo, da origen en tono burlador al ciclo denominado con sarcasmo “El periodo Guadalupe-Reyes” al ser un lapso donde los que no saben disfrutar la vida sin el licor, alcohol, aguardiente o simplemente mezcal, le dan rienda suelta a la parranda y a la embriaguez.
Es un espacio de tiempo que debería aprovecharse para reflexionar sobre lo que hemos hecho o dejado de hacer con nuestros seres queridos, sin embargo la industria del alcohol, la cerveza, el vino tinto, blanco o rosado, los aguardientes y claro todo tipo de bebidas embriagantes, han manipulado de tal manera la mente de los ciudadanos, al grado de que no conciben una reunión de familia o de cualquier tipo festivo, sin el invitado principal en esas ocasiones, el señor alcohol.
Pero con ese alcohol una vez ingerido, se presentan los bebedores sociales, pero también los “malacopa”, esos seres que ya entrados en copas se envalentonan y agreden porque recuerdan los actos o agravios de tiempo atrás, incluso de años, de sus familiares y conocidos. Son individuos que se quieren sacar espinas y cobrar agravios y se sueltan con los dimes y diretes que acaban con la armonía de cualquier festividad, no importando si está presente la madre, el padre, el abuelo o la abuela, los hijos o los amigos. Una vez ya “calientes”, se abre la boca y se sueltan todo tipo de improperios, ofensas, ajos y cebollas, que dan al traste con la convivencia y hasta salen peleados para todo el año.