Edición 1110 Segunda Semana de Abril 2025
Con la caída del doctor y notario Uriel Gándara Carmona, de la Fiscalía General del Estado de Morelos, y la llegada del incipiente Abogado, Edgar Maldonado Ceballos, a la fiscalía de Morelos, muchos se dijeron que esperaban resultados inmediatos.
El tiempo ha pasado y aunque aún es poco, si tomamos en cuanta que el otro Fiscal le tomó más de seis años y no hubo mucho de que sentirse seguro en la entidad. Si se va viendo el cuadro como que más que una mano fuerte y resuelta en la fiscalía, se va teniendo desde ahora un “fiscal carnal”.
Primero se dijo y se hizo pensar que Edgar Maldonado Ceballos era una mano tersa pero firme, al presentar las primeras denuncias en contra de los equiperos del gabinete de Blanco Bravo, pues aunque eran pocos y muy ralos los millones para la inmensidad de lo desaparecido, hurtado o esquilmado a la entidad, pareció un buen principio de parte del entonces director jurídico del Gobierno del Estado. Aunque ya no hubo más denuncias ni más millones detectados de los muchos sustraídos, pese a que se dijo habría otros anuncios, estos nunca se han dado.
No sabemos bien a bien si doña Alejandra Pani Barragán sabe lo que se hace, o lo que debería hacer en la Contraloría Estatal, su trabajo no da color. Lo único regular fue esa presentación de los casi 40 millones de pesos. No se sabe si también es directriz de la gobernadora el que no se le mueva más, o es la propia negligencia natural de la exdiputada federal, pese a que doña Margarita González Saravia, ha dicho hasta el cansancio, que no es, ni será tapadera de nadie, las cosas no caminan o lo hacen mucho muy lento y hasta desesperadamente lento.
Ahora bien, en el caso de la Fiscalía General del Estado, no solo se vislumbra tortuguismo, sino que para colmo se detuvieron unas conferencias de prensa que fueron anunciadas bombo y platillo, que claro aunque mal coordinadas, daban una esperanza de que con el tiempo fueran cada vez mejorando, pero ahora ya se frenaron y nadie sabe para cuando si es que alguna vez se reinician.
Y es que para el orgulloso ego de los señores que ocupan un puesto político o de servidores públicos, es insoportable el que tengan que ser cuestionados, cuando se creen o se sienten cuasi perfectos, iluminados e inmaculados, por el simple hecho de haber llegado con la confianza del voto ciudadano a ese tal puesto y, lo peor es que hay quienes se la creen y se la pasan engañados por tres y seis años, pero créanlo el tiempo pasa y es más de prisa cuando se está en lo alto de la gloria. Por ahora es imprescindible que el Fiscal General de Morelos, el licenciado Edgar Maldonado empiece a dar muy buenos resultados porque la paciencia del pueblo y la de la gobernadora tiene límites, y creo que se pueden terminar más temprano que tarde. Por lo que respecta a la autonomía de la tal fiscalía en Morelos sigue siendo una frase vana, vacua y sin contenido. Finalmente es la opinión de la ciudadanía la que vale y es ella quien resolverá si es o no el fiscal un carnal fiscal o no.
