Edición 1096 Cuarta Semana de Noviembre 2024
“A Morelos no le falta riqueza, le sobraron gobernantes ladrones con equipos muy ladrones”.
Es un dicho tan cierto que no queda la menor duda, Morelos es un estado con gente trabajadora, alegre, bullanguera, pero muy confiada que ha sido saqueada cuantas veces se ha podido.
Es un estado pequeño sí, pero con un potencial enorme, en lo turístico, en los bienes raíces, en manufacturas e investigación tecnológica y muchas cosas favorables más, sin embargo siempre ha sido víctima de truhanes que venidos de otras latitudes lo han despojado, endeudado, que hasta el día de hoy no se puede parar, no se puede poner de pie, porque flagelado y enajenado, sus recursos económicos, humanos y del bosque y del agua, son sustraídos y sin nadie a quien castigar aunque los culpables son conocidos y hasta cínicos y de cara dura, se dan baños de pureza alegando que ellos son inocentes cuando la gente sabe de su culpabilidad, pero sin poderlos denunciar tan fácilmente pues son hábiles ladrones pero no pendejos.
Inmisericordemente, abusaron de un pueblo que les brindó confianza y voto y Morelos cayó en un precipicio del cual será más que imposible salir, pues se ha deteriorado su capacidad de ahorro, de protesta, muy lejos de aquellos próceres que escenificaron batallas del Sitio de Cuautla de 1812 o de una Revolución Mexicana con Emiliano Zapata Salazar al frente. Lejos quedaron las protestas de antaño como las hechas por el asesinado Jaramillo de Jiutepec en tiempos de Adolfo López Mateos.
Al pueblo de Morelos lo volvieron insensible o ennuco de tanto abusarlo, lo volvieron valemadrista al grado de que su propia vida al ciudadano joven no le importa y prefiere una vida corta con dinero y placeres que una larga vida llena de miseria. En Morelos vemos a sus juventudes envilecidas por los millones de litros de cerveza que le meten las empresas cerveceras que trabajan a toda lo que dan envileciendo a hombres y ahora también a mujeres jovencitos y hasta maduritos, pero son más importantes los intereses de ellos que las vidas de los que persiguen sus ansias y sed de más alcohol y ahora drogas, hasta los mismo linderos de la muerte o la locura, pero de esas cosas el estado nada sabe, el gobernante en turno nada intuye, nada investiga y al parecer poco le importa.
Es un hecho que siempre se ha visto el puesto político en Morelos, como el de un botín y más en el año de Hidalgo y pendejo el que deje algo, es un sueño llegar a la gubernatura sí, pero jamás para hacer servicio a la comunidad, sino para servirse del puesto y entre más grande la cuchara pues mejor, es una falsedad lo de la declaración de patrimonios, pues arguyendo una inseguridad que existe, se omite, y el patrimonio descaradamente se ve incrementado cada tres o seis años, es sabido y reconocido que entran con casa en renta y salen con residencias propias y mansiones en los fraccionamientos más renombrados de Morelos, Es una secreto a voces que incluso los delincuentes les llenan las manos a los funcionarios que, falsos, juraron cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes que de ella emanan, prolijando la corrupción que vino a ser de lo más criminal para el pueblo, pero ellos no perdieron la honorabilidad según, aunque por debajo el pueblo y la gente del pueblo, sabe la clase hamponcetes que les ríe con toda la dureza de cara y sin sangre en la cara, pero con manos ensangrentadas.