Edición 1098 Segunda Semana de Diciembre 2024
Pese a que los que trabajamos honestamente y queremos la paz en Morelos somos los más, la mayoría pues. Unos cuantos pelafustanes psicópatas, que les duele trabajar honesta y civilizadamente y, que ya son irremediablemente carne de cañón para anexos y casas para enfermos de adicciones, psiquiátricos, panteones y hasta manicomios, imponen condiciones a toda una sociedad, cosa por demás inaudita, en base al temor y hoy se conoció con un solapador Poder Judicial en la figura de los jueces que liberan a gente como el “rata” y otros peligrosos delincuentes sociales.
Se está poniendo en jaque a comerciantes y a estudiantes de la UAEM, y de las principales ciudades de la entidad, están poniendo de rodillas a los emprendedores, comerciantes exitosos, aquellos que cerraron su negocio o se cambiaron de lugar porque ya es insoportable la petición del cobro de piso. Esos holgazanes liberados tan fácil por jueces corruptos, se dejan pedir 50 o 100 mil pesos, so pena de quemar la sucursal o balear la fachada o al mismo dueño quitarle la vida.
Esta es una verdadera calamidad tipo “guerrilla”, con criminales, hoy hombres y mujeres bien armados, que no se resolverá de la manera como lo están combatiendo en Morelos ni en México. Las autoridades deberán emprender acciones sí, como dice la gobernadora y la presidenta de la república con combate a las causas, pero los que ya están amenazando y acribillando comerciantes, y creen que no les va a pasar nada, porque golpean y se van, porque entregan un numerito de teléfono y les dicen a los comerciantes que les van a hablar luego y la gente temerosa de que siga el contubernio de la delincuencia organizada con la delincuencia de cuello blanco que los protege, desde el poder judicial como quedó demostrado, o cualquier otro poder, no denuncia, porque además denunciar dicen, de nada sirve, las autoridades empezando por el MP. están atascados de trabajo y más los que más “echan la hueva”, que levantan las denuncias y van al archivo sin investigación inmediata, sin ser sacadas ni para orearlas.