Dos jóvenes aztecas de nombres Xóchitl y Huitzilin estaban enamorados, y juraron amor eterno ante Tonatiuh, el dios del Sol. El muchacho Huitzilin fue llamado a unirse a una guerra y falleció. Xóchitl nunca lo olvidó entonces le rogó al dios del sol que le devolviera a su amado o que le permitiera reunirse con él de otra forma. Él le lanzó un rayo dorado, convirtiéndola en un botón. Un bello colibrí se acercó para extraer el néctar de la planta, abriéndose ésta de inmediato y transformándose en una hermosa flor amarilla multipétalos.
Publicado enSocial y Cultura